Cuando las experiencias de la vida te sobrepasan y el miedo cada vez se apodera más de ti cada día y quieres, pero sientes que ya no hay nada más que hacer, espera y siente............

Me desplacé a planos inferiores y sentí como una jungla de espinos atravesaban mi cuerpo con cada punzón, que sentía como cortaba mi cuerpo terrenal, lo único que hacía esta situación, era sentir más y más el miedo y todo aquel lugar era frio, crecía toda esas sensaciones con forme crecía mi miedo, por lo que sentía que no había nada más que hacer. De repente mi guía me susurra: “¿qué has aprendido últimamente?” …….. el miedo me hacía nublar mi corazón, pero de repente, me reconecté y empecé a recordar que todo se basaba simplemente en poner amor, amor a los miedos.

Me centré en sentir amor en todas esas espinas y punzones que me estaban causando tal sufrimiento en mi cuerpo destrozado, entonces, puse amor, amor sin distraerme, cuando recordé uno de mis viajes a los planos superiores y la conexión con la Fuente, el consejo que mi Padre Creador me dió: “cuando tengas miedo, alza tus alas”, pero….. ¿cómo alzarlas con todas esas espinas cortantes?, pues mis alas son como plumas suaves, aterciopeladas, frágiles ante esto. Pensé que si habría mis alas me quedaría sin ellas pues se destrozarían y las perdería. El tiempo jugaba en mi contra, pues de repente un gran punzón de espina me atravesó el corazón, era tal el dolor que caí de rodillas, ya no podía más, cuando pensé; voy a hacerlo, abrí mis alas pues ya no tenía nada que perder y cuál fue mi sorpresa al ver que mis alas eran fuertes, de un acero brillante, que al abrirse rompieron las ramas de espinos dejando un claro donde poder reponerme de tal dolor causado. Seguí sintiendo amor hacia mi misma, hasta que todo cayo y se convirtió en un prado lleno de flores, todo estaba despejado, siempre lo estuvo.

Escuche a mi guía decirme, todo está en tu mente, tus miedos y sufrimiento, lo pasado ya pasó, tu misión es el aquí y ahora, debes sanar tus miedos en tu mente pues ves que no existen en verdad, todo está despejado.

En aquel momento, pedí a mi alma lumínica, que me mostrara mi otra parte de mi, esa otra parte de oscuridad. Nos sentamos en ese prado y las tres cogidas de la mano, mi parte lumínica, mi parte oscura y yo, juntas en unidad, sentí que hay que seguir trabajando, pues esa parte de mi ser, con esos miedos tan dañinos,  hay que rescatarla, sim presiones, paso a paso, para ir desvaneciendo su oscuridad y que vaya unificándose en esa parte de luz, que es mi verdadero ser.

Asi, las tres partes somos en verdad una, llena de luz y amor que sabe, acepta y comprende que una cosa son los aprendizajes de la vida y otra es la falta de fe y amor hacia nosotr@s mism@s, haciéndonos tal daño y sufrimiento sin darnos cuenta, manifestándolo en nuestros cuerpos que es nuestro vehículo en esta vida terrenal. Por ello, hay que amarnos, sin juicios, dándonos nuestro tiempo sin más.

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Tras años de esta experiencia, la vida te sigue poniendo pruebas constantemente pero las ves con otra perspectiva, la del Amor, sin más.

El amor puede con TODO, tenlo presente en tus noches más oscuras.